Cordón Blanco en Tandil ¿Corazón vitivinícola de nuestro pampa húmeda?

Cordón Blanco en Tandil ¿Corazón vitivinícola de nuestro pampa húmeda?

Cordón blanco es uno de los proyectos nuevos que surgieron tras la derogación durante el Gobierno de Carlos Menem en 1993 de la ley 12137/34 impulsada y promulgada por el Presidente Agustín P. Justo durante su mandato, que alentaba la producción del vino solamente en la región Cuyana junto con el lobby de la Corporación Vitivinícola de esa época, creando la junta reguladora de vinos, haciendo estragos en otras zonas de nuestro país y destruyendo patrimonios históricos. En la década del 90, el senador entrerriano, Augusto Alasino, logró que se apruebe en el congreso la ley 24037/93 que permitía desregular la plantación de viñedos y elaboración de vinos en todo el país, promulgada por el Presidente Carlos Menem.

Se encuentra emplazado en la hermosa Ciudad de Tandil, zona con formaciones geológicas de las más antiguas presentes en toda la pampa húmeda, con sus sierras y ondulaciones orográficas.

Nacida en el año 2008, la bodega es una empresa familiar entre tres hermanos, Valeria, Mariano y Matías Lucas, que luego de varios años de estudio y de analizar la factibilidad zonal y climatológica se decidieron a crearla.

La bodega posee dos viñedos,  “La Elena”, al oeste del centro de Tandil, donde se plantaron las primeras estacas injertadas. Luego en 2011 plantaron otro viñedo en la zona de “Don Bosco”, al sur de la ciudad, buscando diferenciación de suelos a pesar de que ambos viñedos se encuentran a pocos kilómetros de distancia, unos catorce aproximadamente.

Sus primeros vinos empezaron en el año 2012 y en particular uno de los varietales que les está dando muy buenos resultados es la Cabernet Franc, que logra obtener un excelente perfil expresivo y de madurez que se contextualiza por sus sensaciones de ajíes piracínicos, el carácter herbario y la fruta negra. El mismo proviene del viñedo “La Elena”, a 260 metros sobre nivel del mar, ubicado sobre un suelo arcilloso superficial, en ladera con orientación oeste, con gran retención de agua que les permite trabajar en secano (sin riego) sumado además a las precipitaciones que tiene la región mucho más elevados que las que se producen en la cordillera Argentina (entre 750 y 1000 mm de agua por año promedio[1]) e implantada con una densidad alta de sistema de conducción espaldero bajo. En esa viña también tienen plantado Merlot y Sauvignon Blanc.

Matías nos contó que resulta ser una “vitivinicultura bastante compleja a nivel sanitario pero que con varias vendimias encima ya van conociendo cada vez mejor el terroir”.

La otra finca, “Don Bosco” es un poco más experimental, de menor tamaño, ya que sus suelos son arcillosos superficiales, pero con más formación granítica e ígnea maciza de basto material rocoso, de orientación oeste con gran pendiente que favorece el escurrimiento de las precipitaciones, y en la cual se está elaborando Syrah, Marselan, Sauvignon Blanc, Carmenere y otras variedades de prueba, intentando diferenciarse a pesar de las homólogas condiciones climáticas de su otra viña.

Amén de ello ambas fincas, poseen suelos de loessiformes como los que se pueden encontrar en toda la pampa húmeda. El chacarero habitué la denomina familiarmente a ésta clase de suelos, como “tosca calcárea” limo-arcillosa, por su contenido de carbonato de calcio y granito de cuarzo blanco. Y en lo que concierne al clima, es un clima de sierras, con buenos vientos, gran amplitud térmica (delta temperatura del día respecto temperatura de la noche) favoreciendo el crecimiento de la vid.

Junto a Matías probamos uno de sus vinos en nuestra irrupción rápida, previo a nuestro viaje en la medialuna vitivinícola del Alto Valle de Neuquén – Río Negro, y probamos su característico Cabernet Franc:

CORDÓN BLANCO CABERNET FRANC 2020

4000 botellas de producción, proveniente del viñedo “La Elena”. Cabernet Franc joven de su línea de vinos varietal sin crianza, pero sin resignar complejidad. De perfil de geosmina de terrosidad y piracínico clásico del varietal bien marcado que le aporta frescura a la nariz con algunos perfiles especiados y balsámicos. La boca es texturada con grano fino de sus taninos, buena acidez que aporta fluidez para seguir viendo cómo evoluciona en el tiempo. Fruta madura negra en confit. Guindas, grosellas y arándanos. Largo final.

Tomar entre 2022-2026

Puntaje VAS: 90/100

Es interesante lo que sucede en la región de Tandil, ya que hay varios productores y muchos otros interesados por realizar proyectos en la zona. Cada día surgen más proyectos en las sierras bonaerenses. Por eso, ésta posición muy particular de formaciones y valles la ubica como una de las regiones más plantadas de Buenos Aires, y creemos que su potencial la está convirtiendo en el corazón vitivinícola de la provincia. Cordón Blanco, no está ajena a esto, y forma parte de toda ésta nueva “troupe” de proyectos hechos realidad que tenemos a menos de 500 Km de la Ciudad de Buenos Aires.

El desarrollo endógeno en la región es muy bueno con sus vinos, ya que en la ciudad de Tandil se consumen mucho y la bodega trabaja en esa sintonía.

Cordón Blanco, definitivamente es una novedad enológica que todo amante del vino debe experimentar y probar.